
En medio del inmenso reto que nos plantea la situación actual, es necesario que los líderes sepan observar detenidamente la dinámica de sus equipos, entender las particularidades de cada persona y actuar desde la empatía funcional para poder apuntarle a un equipo donde la confianza sea la base de la autogestión. Para ello, tendrán que gestionar sus propias emociones y acompañar a sus equipos en ese mismo proceso.
Así pues, hemos identificado 3 comportamientos que nos pueden dar pistas sobre el estado actual de nuestro equipo:
Emoción predominante:
Parte de un ejercicio tan sencillo como preguntarnos hacia adentro cómo nos sentimos en el equipo y cuál es la emoción que predomina en nuestras interacciones. Este es un primer filtro que nos ayuda a tener un panorama inicial sobre el estado emocional de nuestro equipo. Reconocer la emoción predominante en el equipo nos sirve para ajustar acciones y buscar caminos que nos ayuden a fortalecernos como un sistema que depende el uno del otro.
Debates productivos:
¿En el equipo, tenemos la confianza suficiente para poner sobre la mesa temas complicados y discutirlos tranquilamente? Cuando en un equipo hay buenos niveles de confianza, los conflictos son encarados de manera productiva, las discusiones llevan a acuerdos de mejora y no hay silencios temerosos ni conversaciones de pasillo. Hacer parte de un equipo maduro implica enfrentar las dificultades desde la empatía funcional, reconociendo estados emocionales y trabajando desde los propósitos que los unen.
Responsabilidad compartida:
Un equipo emocionalmente maduro que se relaciona desde la confianza, puede hacerse responsable por los resultados. El jefe no es el único doliente cuando no se da el resultado; en un equipo de alto desempeño, la responsabilidad por el resultado es de todos. El pensamiento y las preocupaciones no son individuales, son colectivas y giran en torno a un gran propósito que los une. Todos están involucrados con el resultado, los jefes y compañeros están para tender la mano cuando el otro lo necesita.
Un equipo autogestionado cumple con estos comportamientos base, siendo la confianza el eje transversal a todos ellos. Cada estilo de liderazgo trae consigo una forma de facilitar y motivar esos comportamientos, pero ese es otro tema.
Si quieres aprender más sobre las emociones, la confianza y los equipos autogestionados, te invitamos a que nos escribas para darte a conocer las estrategias de intervención que usamos para ayudarte a crecer e impulsar el desarrollo de tus colaboradores.
Luis Alfredo Rojas
(+57) 300 611 3530
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